viernes, 10 de octubre de 2014

Si tu no ocupas tu espacio, lo ocupa otro

¿Alguna vez te has sentido avasallado por alguien o por alguna situación?
¿Alguna vez te has sentido invadiendo el espacio vital de otra persona?


A lo largo de nuestra vida hay muchas situaciones en las que nos sentimos incómodos, y muchas de ellas se ven provocadas por acontecimientos en los que nos sentimos invadidos.
Esta sensación es una llamada de atención de nuestro propio Ser que nos pide ocupar nuestro lugar.
A veces estas invasiones son muy sutiles, casi imperceptibles, y otras veces, aunque te das cuenta, tratas de no darle importancia. 
¿A qué invasiones nos referimos? A que se te cuelen en la cola del cine, o que te metan prisa para que les entregues un trabajo independientemente del plazo previo acordado; o que intenten regatearte un precio o pedirte un descuento fuera de lugar; o que vayas conduciendo y aquel que te tendría que ceder el paso se te lance sin respetar que tu vas ocupando el carril... 
Todas estas "pequeñas cosas" provocan una reacción en cadena de la que, a veces, no somos conscientes.
Ocupar nuestro sitio supone respetar y reconocer el espacio que merecemos, sea donde sea.
La mayoría de las veces, cuando alguien intenta invadir tu espacio y más aún cuando lo consigue, tú terminas invadiendo el espacio de otro. 
Mi maestra Isabel dice:

  "Si tu no ocupas tu espacio, lo ocupa otro".


Si alguien invade mi carril de la carretera, yo termino invadiendo
el carril del coche de al lado, si alguien me mete presión en algún asunto, yo termino aplicando esa misma presión a otra persona, si me intentan regatear un precio, yo voy a tratar hacer lo mismo, y así con cada situación avasallante que nos encontremos.
¿Y cómo darnos cuenta de que nos están invadiendo? Lo primero porque nos sentimos incómodos , debilitados o malhumorados. Pero recuerda que si te sientes así, muy probablemente en otras situaciones tú provoques las mismas reacciones. De manera que no te sientas victima ni verdugo, simplemente observa las situaciones para ser cada vez más consciente, tanto de lo que haces como de lo que te hacen.

Piensa que cada persona que te hace sentir invadida es una oportunidad que tienes para posicionarte y reconocer tu espacio. Siempre desde el amor y desde el respeto. Tenemos herramientas maravillosas y muy prácticas que nos pueden ayudar a lidiar con estas situaciones incómodas. 
Hablar desde la asertividad, decir lo que pensamos y nuestros motivos tratando de exponer nuestra situación lo más sinceramente posible. El amor y el respeto, entendiendo que esa persona es un espejo de algo que yo también llevo dentro. Con sentimiento de gratitud interno, ya que me he dado cuenta de la oportunidad que ésto representa y me estoy permitiendo reconocer mi espacio, ser flexible cuando considere oportuno, pero firme respecto a mi propio equilibrio.

Debemos tratar de distinguir qué es una oportunidad para soltar, confiar y cambiar nuestras propias convicciones, y qué es una oportunidad para reconocer y fortalecer nuestro posicionamiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por compartir tu opinión y experiencia.